Un error clásico es hacer muchas preguntas abiertas pero en cambio responder con un escueto “Sí” o “No” cuando te preguntan.
No respondas con monosílabos si no quieres crear un momento de silencio o directamente matar la conversación. La otra persona quizás no sepa cómo continuar a partir de tu respuesta.
Para ayudarle, añade información adicional a tus contestaciones:
Tu interlocutor– ¿Empezaste a trabajar justo al terminar la carrera?
Tú– No. Al acabar la carrera decidí tomarme un semestre de descanso así que aproveché para hacer un viaje por Sudamérica. A mi vuelta estuve haciendo varias entrevistas hasta que conseguí un trabajo mal pagado de becario.
Y ya tenéis 2 hilos de conversación más: tu viaje por Sudamérica y la dura vida del becario.
Pregunta por qué y para qué
Mi favorita, y una de las formas más sencillas para mantener viva una conversación.
La mayoría de conversaciones que oigo son así:
Tú– ¿Y a qué te dedicas?
Tu interlocutora– Soy enfermera.
Tú– Qué interesante. Yo soy abogada.
Fin de la conversación.
Preguntar por qué o para qué hace lo que hace es una forma tremendamente sencilla para multiplicar los hilos de conversación:.
Parece fácil, ¿verdad? Pues siempre me sorprende la cantidad de gente que no lo hace.
Tú– ¿Y a qué te dedicas?
Tu interlocutora– Soy enfermera.
Tú– Qué interesante. Yo soy abogada. ¿Por qué decidiste estudiar enfermería?
Quizás te cuente que ayudar a la gente es su vocación, o que en todas las mujeres de su familia son enfermeras, o que en realidad quería estudiar medicina y no le alcanzó la nota. Tendrás multitud de hilos nuevos.
Información tomada de habilidad social
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